Manuel Domingo y Sol. Mosén Sol


Conocemos a mucha gente famosa de todos los ámbitos, pero ¿sabemos quién era Mosén Sol, el fundador de la Hermandad de Sacerdotes Operarios que durante muchos años dirigieron nuestro colegio?  Vamos a descubrirlo:

Se llamaba Manuel Domingo y Sol. Nació en Tortosa, provincia de Tarragona en 1836. Sus padres eran María Josefa a y Francisco. Desde pequeño había querido ser cura y se fue al seminario cuando tenía quince años. Nueve. años después, a los veinticuatro, fue ordenado sacerdote. Para él fue una gozada su primera misa y todas las que celebró en su vida. Jesús en la eucaristía era para Mosén Sol la mayor alegría. Le quería; por él dio todo lo que tenía, por él sé hizo cura y en él se daba a los demás.

Tenía D. Manuel treinta y seis años- cuando sucedió algo muy importante para él y para muchos seminaristas  pobres. Pasaba bajo el portal del Romeu, allá en Tortosa, y se encontró con un mozo, de dieciocho años, Ramón Valero. Se conocían. «¿Dónde vas?». «A comprar un cuarto de cerilla». La que se iba a liar por los tres minutos de conversación que mantuvieron; enterarse Mosén Sol que aquél y otros dos amiguetes eran seminaristas pobres que apenas podían comer, y empezar a buscar la solución, fue todo uno.  «Venid los tres a mi casa».

Y allí empezó una emocionante aventura... Habló, pidió ayuda, golpeó puertas, escribió cartas, mareó a mucha gente... iQué follón preparó!, pero valió la pena. al curso siguiente alquiló un piso para cuidar y animar a varios seminaristas que no podían pagarse los estudios en el seminario... y aquel piso, enseguida, se le quedó pequeño y se fueron a otro mayor y después a otro. El caso es que aquello le desbordaba por los cuatro costados y cada día tenía más chavales y estaba hecho un lío.

Poco tiempo después fundó un colegio para trescientos alumnos: lo llamó colegio de S. José y fue  el primero de sus colegios vocacionales. El caso es que, cuando se dio cuenta, D. Manuel ya tenía cuarenta y siete años, pero solo dos manos para tantas cosas como llevaba entre ellas y para poder llevarlas a cabo se le ocurrió lo siguiente: buscar un grupo de sacerdotes que reforzara sus quehaceres, unos hermanos, una hermandad de sacerdotes. Y de nuevo se metió en otra de sus habituales movidas.

Como siempre visitas, consultas, cartas, síes, noes, puede ser... y él tiró para adelante y en el mes de julio de 1883 se reunió con cuatro compañeros en un convento de carmelitas, en el Desierto de las Palmas. Los cinco prepararon un futuro que sigue vivo, ya hace más de cien años: Sacerdotes Diocesanos en Equipo en unión con el amor de Jesús para descubrir, animar y acompañar a quienes quisieran comprometerse con Jesús y el evangelio a experimentar la fuerza de un grupo.

Con la fuerza de este grupo se desató un torbellino, levantaron colegios de vocaciones de S. José en Valencia, Murcia, Orihuela, Roma, Plasencia, Almería, Lisboa, Burgos, Toledo, Cuenca, un templo  en Tortosa... y otro en Méjico; y dirigieron diecinueve seminarios, para entonces ya eran setenta y cinco operarios

Él nos dejó a los 73, el 25 de enero de 1909. Fue un gran cura. Dicen de él que fue un hombre bueno y audaz. Dejó a los 75 operarios que componían la Hermandad en ese momento: 10 colegios de vocaciones, 17 seminarios, 2 templos de Reparación y el Colegio Español de Roma.

La presencia de Don Manuel, entre nosotros, está viva, no sólo en el recuerdo sino en las actividades que  los operarios llevan  ahora entre manos. Él es un ejemplo de esa «necesidad de ser como Cristo».

Decía el Beato Mosén Sol:

«La formación de la juventud, ¡ésa es la gran obra!…Creo que para realizarlo he puesto más trabajo y desvelos que para la misma Hermandad».
«De las juventudes deben salir, por un lado, vocaciones que pueblen los seminarios, y, por otro, hombres prácticamente cristianos que lleven la vida a las parroquias».

«No estamos destinados a salvarnos solos».


Beato Mosén Sol

Proceso de canonización

El 25 de enero de 1909 murió Don Manuel Domingo y Sol y el 29 de marzo de 1987 fue declarado Beato por Juan Pablo II. ¿Cuál fue el camino que se recorrió durante estos 68 años?

  • En 1920 comienza la tarea de buscar y ordenar con cuidado todos sus escritos.
  • En 1926 sus restos mortales se trasladaron desde el cementerio al mausoleo construido en el Templo de Reparación de Tortosa.
  • De 1930 a 1934 tuvo lugar en Tortosa el proceso ordinario de Canonización.
  • El 28 de enero de 1941 se publicó el decreto sobe los escritos del Siervo de Dios Manuel Domingo y Sol señalando que no se encontró en ellos cosa alguna que pudiera ser rechazable.
  • El 16 de marzo de 1948 se publicó el decreto «Super non cultu» y el 28 de mayo el decreto que autorizó el proceso apostólico.
  • El 4 de mayo de 1970, reconocida la heroicidad de sus virtudes, Pablo VI declara Venerable a Don Manuel y le llama «santo apóstol de las vocaciones sacerdotales».
  • Para llegar a la Beatificación, la Iglesia exige que se realice un hecho milagroso por su intercesión. D. Rafael de la Rosa Vega, residente en Caracas, cayó enfermo en agosto de 1972. Se le diagnosticó un cáncer pulmonar del que no se podía hacer nada. El día 2 de octubre la familia comienza la novena al Venerable Manuel Domingo y Sol. Justo al día siguiente, el enfermo sintió una mejoría y llegó rapidísimamente la curación completa y definitiva.
  • El 10 de noviembre de 1986 Juan Pablo II aprobó este milagro realizado por intercesión de Mosén Sol.
  • El 29 de marzo de 1987, Manuel Domingo y Sol fue beatificado por Juan Pablo II en la Basílica de San Pedro de Roma.

La Hermandad

Historia

La Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos fue fundada en 1883. Su fundador, el Beato Manuel Domingo y Sol (conocido también como Mosén Sol) decía que «es una de tantas fórmulas que el Señor ha querido suscitar para facilitar la santificación del sacerdote en medio del mundo y para mayores resultados de gloria de Dios».
Los objetivos que la Hermandad desarrolla desde su origen son:

  • El fomento, sostenimiento y cuidado de las vocaciones eclesiásticas, religiosas y apostólicas.
  • La formación cristiana de la juventud.
  • El incremento del espíritu de reparación y de la devoción al Corazón de Jesús, especialmente en la Eucaristía.

A finales del s. XIX la estructura de la Hermandad era una novedad muy llamativa. El Beato Mosén Sol no quería que su obra se confundiera con una congregación religiosa porque perdería su fisonomía puramente sacerdotal. Finalmente, en 1898 la Santa Sede reconoció oficialmente la peculiaridad de la Hermandad: sacerdotes seculares con vida común.
Sin embargo, no fue fácil expresar este carisma en los documentos de carácter jurídico. Esto explica el recorrido histórico de la Hermandad hasta encontrar la mejor expresión de la idea del Beato Mosén Sol. Así, en 1927 la Hermandad fue aprobada por la Santa Sede como Sociedad de vida común sin votos; y más tarde, en 1952, como Instituto Secular.
Actualmente la Hermandad es una Asociación Pública Clerical de Derecho Pontificio, aprobada como tal por Benedicto XVI en 2008.
Hoy la Hermandad está presente en Alemania, Angola, Argentina, Brasil, Cuba, España, Estados Unidos, Italia, Perú, Portugal, República Democrática del Congo, Venezuela y Zambia.

 

Información:

https://www.sacerdotesoperarios.org/mosen-sol/biografia/


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